Índices y tendencias globales de inclusión de TIC: un reto para Colombia y la Universidad
La conectividad en los hogares e instituciones educativas en Colombia: acción conjunta desde el Gobierno y la academia en la búsqueda de una sociedad más equitativa y una educación de mayor calidad.
Con el paso del tiempo, fortalecer los criterios de relación entre la sociedad y las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), para su uso efectivo, se vuelve cada vez más imprescindible. El año 2020 lo demostró, la pandemia producida por el COVID-19 nos obligó a dar un salto en la digitalización de las actividades tanto de la industria, del comercio, del transporte como de la educación.
En este último, el uso de las TIC permitió minimizar el impacto ante esta emergencia y volver a establecer las interacciones que se desarrollaban en la presencialidad entre la comunidad estudiantil, así como brindar nuevas oportunidades a la academia para explorar metodologías de enseñanza y aprendizaje a través de las plataformas online. No obstante, no se puede dejar de lado que esta situación dio paso, además, a la apertura de brechas por la falta de herramientas, tecnologías o conectividad entre los más vulnerables.
En marzo de 2020, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) planteó que en el mundo más de 1.370 millones de estudiantes se quedaban por fuera del salón de clases por la emergencia del COVID-19 y que la cifra llegaba a 156 millones en Latinoamérica, números que involucran a estudiantes de todos los niveles de escolaridad. En ese momento, el organismo se cuestionaba sobre la preparación de las instituciones educativas para afrontar una educación 100% remota y lo que esto significaba en cuanto al acceso a la tecnología en los hogares, que tenían que disponer, no solo de una computadora sino de acceso permanente a internet.
En Colombia, hasta el 2019 y según el Conpes 3988 “Tecnologías para aprender: política nacional para impulsar la innovación en las prácticas educativas a través de las tecnologías digitales” se han puesto en marcha diferentes metodologías para implementar las TIC en la educación, entre ellas, cobertura en acceso tecnológico, cobertura en conectividad e integración de las TIC para la innovación educativa. No obstante, el proceso es lento y aún el 85% de las sedes educativas del país no cuenta con acceso a internet, lo que quiere decir que de las 44.002 sedes educativas, 37.402 se encuentran actualmente desconectadas.
Así lo evidencia el gráfico que se presenta a continuación, donde se muestra explicitamente la brecha significativa de conectividad que existe a nivel departamental: Norte de Santander (100%), Guaviare (100%), Cesar (99,8%), Putumayo (99,1%) y Nariño (99,0%), por nombrar unos ejemplos.
Porcentaje de sedes educativas conectadas a internet por departamentos Fuente: Ministerio de Educación Nacional, con corte a enero de 2020.
Por otro lado, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, en su artículo de prensa de marzo de 2019, señala que “en Colombia el 38% de las personas no usa internet y el 50% de los hogares no lo tiene. Situación que está directamente relacionada con la complejidad geográfica del país la cual impide que las facilidades de la era digital lleguen a todas las regiones”.
Sin embargo, aún con estas cifras y teniendo en cuenta la necesidad de mitigar los efectos de la pandemia, las universidades tuvieron que desarrollar planes de acción e implementar metodologías que permitieran iniciar procesos de adaptación a la docencia virtual y formación al profesorado a distancia, así como acciones específicas para la investigación y enseñanza en remoto a través de plataformas y el uso de la tecnología.
En ese sentido, los retos que enfrentan las instituciones educativas son grandes y la Universidad Externado de Colombia no es ajena a estos desafíos, por el contrario, ha ido incorporando de manera progresiva desde hace aproximadamente 8 años, diversas actividades de acercamiento a las TIC en sus programas de posgrados, educación continuada y recientemente en pregrado. Esto con el esfuerzo mancomunado de sus diferentes facultades y dependencias, lo cual, facilitó en cierta medida la puesta en marcha de estrategias en el marco de la pandemia del COVID-19.
De igual manera, la programación de actividades de capacitación, adquisición de software licenciados, préstamo de computadoras, entregas de sim card con internet, disponibilidad del campus para tareas puntuales, acompañamiento permanente a estudiantes, docentes y administrativos, fueron algunos de los puntos más sobresalientes de este proceso.
Por su parte, la Dirección de Innovación Educativa Digital ofrece, además, servicios de apoyo a la academia y lidera en la Universidad la apropiación pedagógica de tecnologías de información y comunicaciones como estrategia para promover una continua actualización y transformación de la actividad universitaria, logrando el fortalecimiento de las competencias digitales de su comunidad.
Por último, y en consecuencia de lo anterior, queda expuesto cómo la Universidad se articula con los procesos y compromisos de inserción y dinamización del uso de la tecnología en el país y aporta al cumplimiento de metas y estándares que proyecta la OCDE para alcanzar los más altos estándares en las políticas públicas que mejoran el bienestar y la calidad de vida de sus ciudadanos.